Durante mi tierna juventud se empezaron a popularizar los ordenadores personales, mi primer ordenador fue un 286 con discos de 3" 1/2 que eran la última novedad, pues estos discos compactos de 1,44 Mb estaban reemplazando a los de 5" 1/4 que se estaban dejando de usar por ser más grandes pero con menos capacidad (si tuviste un ordenador que cargaban los programas y juegos con cintas tipo Spectrum, sí, te confirmo que eres mas viejo que yo, ja, ja, ja).
Con esta tecnología empezaron a popularizarse los videojuegos como forma de entretenimiento, videojuegos como Tetris, ComeCocos, Barbarian: The Ultimate Warrior, Phantomas, el mítico OutRun, etc...
Pues bien, muchos de estos juegos estaban divididos en "pantallas" o "niveles" que te tenías que pasar, normalmente con una prueba final más difícil. Si jugabas en los recreativos, te costaba un dinero pasar cada fase pues a menudo perdías todas las vidas que tenías y te tocaba echar otros 5 duros a la máquina o, en caso de jugar en el pc de casa, había que dedicarle unas horas hasta que descubrías todas las trampas, pasabas esa última pantalla y desbloqueabas el siguiente "nivel".
Una vez desbloqueabas ese siguiente nivel, las "pantallas" superadas eran un juego de niños que podías jugar casi sin mirar, comiéndote el bocadillo de aceite y azúcar que tu madre te hacía para merendar, con una onza de chocolate cuando las cosas iban bien por casa.
Pues bien, lo ocurrido estas semanas con el calamón me han traído a la mente todas estas vivencias. Como comenté en mi anterior ENCUENTRO intitulado ¡Aguantando el chaparrón! nunca había tenido la oportunidad de ver, y menos aún de fotografiar, al precioso gallo azul, al calamón. Después de esta primera vez con el calamón, una vez "desbloqueada" esta especie y superada esa pantalla, ahora no paro de verlo y fotografiarlo... ahora podría hacerle fotos casi sin mirar, comiéndome un bocadillo de aceite y azúcar que me preparara mi madre, ¡¡daría mi vida 70 veces por poder disfrutar otra vez de un momento así con ella!!
Comparto estas fotos hechas cerca de Pedro Abad, sitio en el que he estado varias veces, y que en esta ocasión me permitió disfrutar a placer de varios calamones y ¡hasta de sus crías!, a pocos metros.
Calamón común (Porphyrio porphyrio)
Calamón común (Porphyrio porphyrio)
Calamón común (Porphyrio porphyrio)
Calamón común (Porphyrio porphyrio)
Calamón común (Porphyrio porphyrio)
Calamón común (Porphyrio porphyrio)
Calamón común (Porphyrio porphyrio)
Calamón común (Porphyrio porphyrio)
Calamón común (Porphyrio porphyrio)
Como tantas aves a nuestro alrededor, el calamón se encuentra catalogada como ave amenazada por el uso de productos químicos, caza, contaminación de las aguas y pérdidas de los humedales que son sus hábitats... todos los factores directamente relacionados con las actividades humanas. Otras muchas aves, insisto que muchas son especies muy comunes como la perdiz o el gorrión común son vulnerables, están en peligro o en peligro crítico de desaparecer, un drama para el medio ambiente y para nuestra propia existencia y salud.
Si tratamos de imaginarnos el diálogo entre cría y progenitor de la última fotografía, el adulto le está diciendo:
- "Sí hijo, nos alimentamos de esta parte tierna de los juncos. Ves? La tienes que coger así con una de tus patas y comerte esta parte más blanquita, es la más jugosa..."
Pero la realidad es otra, por "arte de magia" la foto de arriba está retocada para quitar algo feo, para enmascarar la fea realidad, pues además de vivir en la llamada "sociedad de la basura" también vivimos en la "sociedad míope" la que no quiere ver la realidad de nuestro mundo, el sufrimiento ajeno, lo que afea este mundo, etc... Mira la diferencia de la foto de arriba y la que pongo a continuación.
Es la misma foto, pero sin retocar. La realidad es que la cría continuaría la conversación de arriba:
- "Papá, ¿y esto blanco también se come?
- No hijo, eso es con lo que los humanos, que son unos guarros, ensucian el planeta y nuestro hogar y no me queda más remedio que criarte entre garrafas, botellas de plástico y latas".
Creedme que no era la única garrafa, botella o trozo de corcho que estaba flotando en el agua, la misma agua que necesitamos para nuestra subsistencia y que, si nadie lo remedia, estará ahí 400 o 500 años contaminando hasta que termine de descomponerse.
Hecho este paréntesis, que muestra la falta de valores, empatía y ética de nuestra sociedad y que se refleja en como nos relacionamos con nuestro medio, con nuestros semejantes y hasta con nuestro Creador, que dicho de paso promete que pronto "destruirá a los que están destruyendo la tierra" (Apocalipsis 11:18); seguimos con nuestro ENCUENTRO.
Con otro compañero fotógrafo fuimos buscando a la garza imperial que es menos común y, a mi modo de ver, más bonita que la garza real. Varias garzas reales pasaron volando por encima nuestra...
Garza real (Ardea cinerea)
Garza real (Ardea cinerea)
y una de las aves que vino volando hacia nosotros de frente y a ras de agua, fue una garza imperial que lamentablemente se paró lejos de nosotros.
Garza imperial (Ardea purpurea)
En el camino de vuelta aproveché para meterme por una camino de unos 13 o 14 kilómetros que sale cerca de Fernán Núñez y que discurre entre sembrados y olivos...
...poniéndose a tiro varios pájaros que tuvieron la gentileza de posar para salir en mi blog, otros fueron más ariscos y no quisieron, pues ellos se pierden la oportunidad de ser famosos.
Cogujada común (Galerida cristata)
Triguero dándolo todo al cante (Emberiza calandra)
Cogujada común (Galerida cristata)
Cogujada común (Galerida cristata)
Lavandera boyera (Motacilla flava)
Cogujada común (Galerida cristata)
y la última sorpresa que encontré en la tarjeta fue esta terrera, otro miembro de las aves esteparias, son aves que se suelen mover por la tierra, con la que se mimetizan a la perfección gracias a sus plumajes marrones moteados y que, en algunas ocasiones hay que echar mano de la guía de aves para distinguir unas especies de otras.
Terrera común (Calandrella brachydactyla)
Salu2 y hasta el próximo ENCUENTRO que, salvo otro golpe de suerte, tardará en publicarse.
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