Leí recientemente un artículo que hablaba sobre los beneficios del ejercicio físico y las ventajas y desventajas de hacerlo en un gimnasio o al aire libre. Ya os imaginaréis cuál es mi elección...
Esta semana se han alineado los planetas y he podido comenzar de nuevo a hacer algo de ejercicio. Sobre la marcha pensé en una buena ruta exigente en la que tuviera que subir algún cerro y sudar la gota gorda, eso sí, sin poder resistir la tentación de coger mi cámara por si las moscas.
Empezar el día bien temprano, con un zumito de naranja y poniendo a prueba la resistencia motriz del cuerpo... es una gozada. Es una excelente manera de comenzar el día y afrontar el resto de ocupaciones con una mentalidad más positiva y enérgica. Si a esto le añades, esta primavera adelantada que hemos vivido esta semana, puedes disfrutar de todo lo anterior respirando aire limpio y acompañado del canto de decenas de aves ya enceladas... el placer se multiplica.
Además, estamos en la época un poco loca que se refleja en la climatología, en el ir de especies migratorias que nos han acompañado durante el invierno y en el venir de otras con las que disfrutaremos durante la primavera y el verano. Como precursores de las estaciones que se avecina, ya se empiezan a ver alguna que otra golondrina, avión común, creo a ver escuchado ya el canto de algún alcaraván y ya están aquí los cernícalos primillas...
... y aún están entre nosotros invernantes como las tarabillas, por ejemplo.
Por cierto, a esta macho de Tarabilla nos lo ENCONTRAMOS mi amigo Tron y yo en una rutita motera que nos terminó llevando a la Laguna de Fuente de Piedra, en la que había más agua de la que yo esperaba teniendo en cuenta el invierno tan seco que hemos pasado.
Además, en cualquier paseo por el campo no es raro tener algún ENCUENTRO con parejas de perdices que ya están de amoríos.
Pues bien, este pasado jueves, la primera ruta me llevó a visitar a un "amigo" que para la mayoría de los lucentinos pasa desapercibido y eso que él esta siempre presente en el horizonte observando nuestro devenir cotidiano.
Este árbol lleva años atrayendo mi curiosidad, hasta que el año pasado mi cuñado Nolo me lo presentó y me enteré de que era un pino, un único pino que está plantado en un mar de olivos. Desde entonces tenemos una relación más personal, nos tuteamos, por lo que mi primer paseo matutino consistió en subir la buena pendiente del cerro en el que llama la atención su enhiesta figura. No es desde luego como la encina milenaria que tenemos en nuestro término municipal, pero para mí es un árbol singular.
Pues bien, en esa atmósfera tan especial de los primero rayos del sol, con decenas de pajarillos cantando a mi alrededor, con alguna abubilla revoloteando de manera pausada por los alrededores y tratando de recuperarme del resuello; mi mente ya estaba maquinando cual iba a ser mi próximo destino atlético.
Todo esto se vio alterado por un estruendoso chillido que rompió el ambiente bucólico en el que estaba inmerso. Al momento todo se convirtió en un absoluto silencio, creo que a todas las criaturas que compartíamos el espacio-tiempo se nos encogió un poco el corazón y quedamos paralizados.
Hasta que se volvió a repetir ese chillido y mi mente me llevó rápidamente a una rapaz. Con poco que me moví intentando localizar al protagonista del chillido, vi como levantaba el vuelo un hermoso ratonero que dibujaba un gran círculo en el aire, a baja altura, para volver a posarse en una torre de luz cercana. Ahí fue cuando agradecí haber cargado con mi cámara durante la caminata.
Volvió a levantar el vuelo, pero lo hizo para cambiar de posadero en la misma la torreta, para verme mejor... eso creo. Lo cierto es, que era él quien me estaba controlando a mí.
Era raro, pues evidentemente no era una visita bien recibida en su territorio, pero aún así no levantaba el vuelo para irse, seguía controlando mis movimientos y me chillaba haciéndome saber una actitud poco amistosa.
Así que decidí dejar de molestar y dar por terminado el ENCUENTRO dando una gran vuelta para bordear y bajar el cerro por otro camino. A pocos metros del coche, mientras iba caminando entre jaramagos y conejos, ví de refilón el motivo del agrío recibimiento que había tenido, pues el ratonero no estaba sólo y le estaba estropeando su cita.
Y es que como decía antes, estamos en una semana un poco loca con esta Primavera adelantada, donde todo ser vivo tiene la sangre alterada por esas cosas del amor.
Besitos y salu2 a todos.
Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar. Antonio Machado.
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sábado, 11 de marzo de 2017
La primavera, la sangre altera
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He sido la primera y un ángulo recto la pata de la cigueñuela
ResponderEliminarJosema, me ha encantado tu artículo, y eso que no soy muy aficionada a las aves, les tengo MUCHO respeto.
ResponderEliminarAh, igualmente, ángulo recto por supuesto, la cigüeña 😀
ResponderEliminarCierto, esa cigüeñuela tiene aroma continental
ResponderEliminarGracias a todos por comentar. Vuestras respuestas son acertadas y el premio del desayuno continental es para Araceli García Armero que registró su comentario el día de ayer a las 22:37.;-) Un abrazo y hasta el próximo ENCUENTRO.
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