Ahora que parece que la pandemia puede estar dando sus últimos coletazos (hasta que salga otra cepa que vuelva a poner nuestras vidas patas arriba) y que parece que nos hemos acostumbrado a un estilo de vida que ha condicionado muchas de nuestras actividades y que jamás pensábamos ocurriría... Google Fotos me ha recordado que acaban de cumplirse 4 años de un viaje que también supuso un hito en nuestras vidas y que, con la perspectiva, ahora me apetece contar.
Haber participado por unos nueve años, de forma oficial, y bastantes más de forma extraoficial, en la predicación del campo árabe ha sido una bendición, un extraordinario privilegio que me ha hecho conocerme mejor a mí mismo, conocer a extraordinarios y celosos hermanos en la fe que se han convertido en entrañables amigos, y poder ampliar mi ministerio cristiano en una faceta muy enriquecedora que me ha acercado mucho más a mi Creador.